Perdida de Gillian Flynn
Editorial DeBolsillo
568 páginas
Género: Novela Suspense
Temáticas: Thriller, Intriga, Investigación, Psicología
Leído en Julio/Agosto de 2019
Mi Puntuación:
7
Perdida se publicó en 2012 bajo el título de Gone Girl y fue todo un súper éxito
de ventas, convirtiéndose en todo un fenómeno. La misma autora
adaptó el guión de la versión cinematográfica, que dirigió David
Fincher en 2014 , con Ben Affleck y Rosamund Pike en los papeles
principales.
Gillian Flynn es una periodista y novelista
estadounidense nacida en Kansas City, Missouri en 1971. Trabajó durante años
para la revista Entertainment Weekly
hasta que la despidieron debido a recortes presupuestarios. Su primera
novela, Heridas Abiertas, la
publicó en 2007 y ganó el Premio Edgar de Novela Negra. Sobre la segunda, Lugares Oscuros, podéis leer la reseña
que publiqué hace unos meses aquí. Sin embargo, el auténtico éxito de
ventas le llegó con esta su tercera novela, Perdida.
Nick y Amy son
un matrimonio que vive en Carthage, Missisipi. El día de su quinto aniversario
Nick recibe una llamada alarmada de su vecino, algo ha ocurrido en su casa. Al
llegar Nick descubre que Amy ha desaparecido sin dejar rastro y la policía
pronto empieza a investigar el caso. Pronto descubrimos que nada es lo que
parece, Nick está menos preocupado de lo que debiera y parece que algo grave ha
podido pasarle a Amy...
Ni que decir
tiene que empezaba este libro con unas expectativas brutales. Me encanta
Gillian Fynn, su manera de escribir, sus historias, su mala leche... Su obra
inicial, Heridas abiertas, fue una de
las novelas que más me gustaron el año pasado y la segunda, Lugares oscuros, no me enamoró pero sí
consiguió engancharme y que no la pudiese dejar. Además estaban las críticas y
su condición de best seller que los libros anteriores de la autora no poseían.
Me acerqué a la obra sin haber visto la película y sin saber los giros de guión
(aunque lo cierto es que sabía que algo sabía, es imposible no saber nada
cuando una historia ha sido tan popular).
Lo malo de las
expectativas es que como el libro no te guste en la página 20 se te empieza a
hacer muy cuesta arriba y más en uno que tiene casi 600 páginas. No es que no
me haya gustado, es que me esperaba más, y eso no es culpa de la autora ni del
libro sino de lo que yo tenía en mi cabeza que iba a ser la obra. Me he
planteado abandonarla al menos un par de veces sobre todo en la primera mitad,
que me ha resultado un poco tediosa y repetitiva.
La estructura
de la obra se divide en tres bloques, perfectamente delimitados por la autora.
Empezamos con Chico pierde chica, en
la que se presenta la historia y descubrimos a una Amy que escribe en su
diario, que va pasando de mujer enamorada a mujer asustada, y a Nick, un
pánfilo que no sabe cómo actuar cuando la mujer de la que hace tiempo que no
está enamorado desaparece sin dejar rastro y todo apunta que él es el culpable
de su desaparición. Este bloque engloba la primera parte del libro,
prácticamente la mitad, y es la narración básicamente de un matrimonio en
crisis. A mí se me ha hecho bastante larga y es la que más me ha costado
terminar, me he aburrido bastante y no ha conseguido engancharme a la historia
y a los personajes y ha lastrado mi relación con el libro.
La segunda
parte, Chico conoce chica (aquí ya
empiezo con los spoilers, así
que si no has leído el libro ni conoces la historia deja de leer o se te
estropeará por completo el giro de guión) realmente es cuando el libro da un
golpe en la mesa y te deja con la boca abierta. Si bien es cierto yo esperaba
que Amy estuviese viva no esperaba este nivel de sociopatía. Bien es cierto que
las mujeres de las historias de Gillian Fynn están bastante tocadas de la
cabeza y cuesta empatizar con sus personajes femeninos protagonistas, pero con
Amy se lleva la palma. Consigue sorprender y eso no es fácil hoy en día. Y
consigue que quieras saber más y más sobre Amy (la parte de Nick, aunque
mejora, sigue sin interesarme en exceso) aunque esté terriblemente zumbada de
la cabeza. Me pasa justo al contrario que con otra de las obras que leí el año
pasado, Los falsificadores (reseña
disponible aquí), que también aportaba un punto de vista en primera persona del
"malo/asesino" pero con mucha menos mala leche que este libro y mucha
más pedantería, por lo que en el caso de Perdida
no me ha causado el rechazo que me provocó en Los falsificadores, de hecho lo que me ha provocado ha sido una
buena carcajada.
Con la última
parte, Chico recupera chica, los
niveles de surrealismo de la obra y de humor negro llega a su máximo extremo. Aquí
deja de nuevo claro Gillian Fynn que ella no es una autora moralista en
absoluto, aquí triunfa el mal y además consigue que eso no deje un mal sabor de
boca al lector, acaba más bien con las espadas en alto y dejándonos una
sensación de querer saber más, de continuar espiando a esa familia de locura.
Aunque en la
segunda parte de la obra predomina en humor negro y los personajes
interesantes, has tenido que leerte 300 páginas para llegar hasta allí y eso
lastra el total de la novela. Las tribulaciones de un matrimonio en crisis no
era lo que me apetecía leer en este momento de mi vida y a pesar de los
tremendos giros de guión y a las carcajadas avergonzadas por el cariz tan
curioso de los acontecimientos, tengo que de ir que me ha gustado mucho menos de
lo que esperaba.
El personaje de
Amy es de diez, con todos sus matices y sus aristas, no se limitan a
presentarla como una mala "de libro" sino que le aporta un contexto y
el hecho de que parte de la obra este escrita desde su punto de vista te de la
posibilidad de mirar dentro de su cabeza. El personaje de Nick da más pereza,
pero entiendo que está planteado así para servir como contrapunto y para ver a
Amy desde fuera, para ver como su personalidad afecta a las personas o como sus
acciones son percibidas de manera distinta a como ella las percibe.
Como pasa en
muchas otras novelas, la narración en primera persona es tramposa, porque ambos
personajes ignoran y evitan apropiadamente aquello que el lector no debe
conocer todavía. Ambos puntos de vista están estructurados como si estuviesen
narrando un diario o una novela, ya que se dirigen al hipotético lector en
varias ocasiones. En el caso de Amy su narración, sobre todo en la primera
parte, está planteada como una especie de diario en el que ella decide que
plasmar y que no, por lo que el engaño es menos destacable, pero en el caso de
Nick me parece que está peor justificada y no es más que una pequeña trampa
novelística.
En conclusión
no puedo decir que me haya encantado, me esperaba muchísimo más y, aunque el
final me ha gustado y me ha dejado un buen sabor de boca, no ha conseguido
hacerme olvidar que he intentado abandonar el libro unas tres veces y que he
tenido que obligarme a leerlo en algunas partes para poder avanzar. Por debajo
de las expectativas.
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